A falta de pan, buenos son los Reales Decretos, artículo de opinión de Jorge Sáinz de Baranda en Mallorcadiario

 

Por Jorge Sáinz de Baranda

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Hace ya un par de artículos que no empezaba con una referencia a un refrán para introducir el contenido, por lo que, con esa añoranza, comienzo éste recordando una frase usada coloquialmente: «a falta de pan buenas son las tortas», frase que usamos para conformarnos con algo de menos valor de lo que esperábamos alcanzar.

El origen de la cita estaría en la costumbre de que, cuando las panaderías se quedaban sin pan, ofrecían a sus clientes tortas hechas sin levadura y de menor calidad para solventar la carestía.

Hay otros que la vinculan con la frase lapidaria de la que fue Reina de Francia, María Antonieta (1755-1793) que, cuando buena parte del pueblo vivía en la miseria y quería pan, no se le ocurrió otra cosa que preguntar con asombro: “Si no tienen pan… ¿por qué no comen tortas?”, poniendo de manifiesto la insensibilidad de los que gobiernan y, cuando menos, el «impudor del memo» que decía Ussía.

Y me refiero a esas “tortas” sustitutas cuando tengo que hablar del último acuerdo del Consejo de Ministros por el que se aprueba -con la necesaria mejora- la modificación del Real Decreto-ley 5/2021 en relación a la tan “cacareada” línea de ayudas para autónomos y empresas -7.000 millones de euros nada menos- y otras medidas.

La modificación tiene como destinatarias a las Comunidades Autónomas, a las que permite que, dentro de la asignación de cada una de ellas, puedan incluir libremente nuevos beneficiarios de estas ayudas añadiendo otros sectores adicionales y diferentes a los que, con una evidente cicatería, fueron inicialmente recogidos como particularmente afectados por la pandemia.

Con el cambio aprobado se logra que se pueda ampliar el número de empresas y autónomos que se podrán beneficiar de estas ayudas, algo que cada empresa debe estudiar en profundidad para no perder la oportunidad de solicitarlo. Sí, querida, esta vez debemos estar atentos a nuestro caso particular ya que frente al vicio de pedir…

Así, con la anterior regulación, había sectores que se habían quedado fuera del listado de las 95 actividades que podían optar al dinero a fondo perdido -como las academias de formación, las peluquerías o las autoescuelas- incluyéndose otras que, a priori, habían resultado menos damnificadas, como la extracción de minerales de hierro, la fabricación de fibra óptica o las empresas dedicadas al suministro de vapor.

Ahora cada Comunidad Autónoma tiene libertad para incluir sectores que considere esenciales en su territorio, como pueden ser en nuestro caso la fabricación del calzado, la producción de vino o los afectados por la insolvencia del grupo Thomas Cook.

¿Y cuál es la otra novedad importante? Pues que, con la nueva regulación, ahora también se pueden incluir en esas ayudas a empresas que hayan obtenido un resultado negativo en 2019 pero que sean viables, lo que supone un cambio esencial con respecto a la regulación inicial.

Si recordamos, estas ayudas están dirigidas a autónomos y empresas de los sectores más afectados por la pandemia cuyos ingresos hayan caído al menos un 30% con respecto a 2019, y las empresas “agraciadas” las podrán destinar al pago de todas las deudas contraídas desde marzo de 2020, incluidos los pagos a proveedores, los pagos de suministros, salarios, arrendamientos o deuda financiera, lo que hace recomendable que empiecen ya a organizarse para solicitarlas y que no “se les pase el tren”.

La única cuestión que vuelve a complicar el panorama de ayudas es que su concesión está vinculada al mantenimiento de la actividad hasta el 30 de junio de 2022, fecha que se nos antoja muy lejana cuando las vicisitudes que nos esperan no nos permiten augurar un futuro tan prometedor.

Por todo esto les sugiero que estudien cuanto antes las posibles ayudas que les puedan afectar y recuerden que “a falta de pan, buenas son tortas”, aunque si les digo la verdad, me gusta más como lo dicen los ingleses, mucho más pragmáticos que nosotros, al señalar que “Half a loaf is better than none”, -esto es, que «media barra es mejor que ninguna»-. Nosotros ni media barra ni entera… mejor tortas.

 

 


Artículo original publicado en el diario digital mallorcadiario.com