¿Deflactación o deflagración del IRPF? ¿Truco o trato? , artículo de opinión de Jorge Sáinz de Baranda en Mallorcadiario

 

 

 

Por Jorge Sáinz de Baranda

MÁS ARTÍCULOS DEL AUTOR

 

Ya les he hablado en otros artículos de la expresión «¿truco o trato?», pero, a riesgo de repetirme como una buena cabeza de ajos de Pedroñeras, vuelvo hoy a ella para hablarles de un tema controvertido, hoy tristemente de moda -como fue el de la OTAN en su día-: «DEFLACTACIÓN sí o DEFLACTACIÓN no» -recuerden, es un tema de IRPF, no de ayuno voluntario-.

La cita «truco o trato» tiene su origen actual en la expresión inglesa «trick or treat» de Halloween, que son parónimos cuya traducción adecuada sería «susto o dulce», pero si me preguntan a mí, gallego por parte de madre, me atrae más el origen con raíces celtas que alude a la antiquísima festividad pagana de Samhain -en la que se celebraba el final de las cosechas y el cambio de año-, en la que, a los espíritus que caminaban entre los vivos y para evitar su ira, se les dejaban alimentos en la puerta de casa.

Y yo, con ese humor macabro-tributario que me caracteriza, retomo la pregunta, mutatis mutandi, en «¿Qué eliges?¿deflactación o deflagración del IRPF?».

Como saben -y experimentan-, nos encontramos ante una constante subida de los precios de la luz, del gas, del transporte, de los alimentos básicos…, de forma que, como los sueldos no se actualizan en el mismo momento conforme a esa subida de precios, ello se traduce en una pérdida de poder adquisitivo.

Si a eso se le añade que el IRPF es progresivo por tramos, la posterior subida de sueldos hace que pasemos en ese momento a tramos de renta superiores, lo que nos lleva a pagar más impuestos cuando lo que tenemos es una todavía menor capacidad económica.

Les pongo un ejemplo simple, pero real, que hasta una Ministra de Hacienda y yo somos capaces de entender.

Supongamos que en 2021 teníamos un sueldo bruto de 38.000 euros. Con esa renta, pagamos en IRPF 7.900 euros, -estamos en el marginal del 30%-. Por tanto, nos quedan para gastar 30.100 euros -2.508,33 euros al mes-. Como gastamos 2.500 euros al mes, ahorramos 100 euros al año.

En el año 2022 los precios suben un 9% -que es el IPC interanual que tenemos a octubre-, y como es mi cuento de Alicia en el País de las Maravillas, vamos a suponer que los sueldos se incrementan igual, y automáticamente, en un porcentaje idéntico del 9%.

Pues bien, ahora ya tenemos un sueldo bruto de 41.420 euros, y pagamos en IRPF 9.000 euros -hemos pasado del 30% al marginal del 37% por el incremento de sueldo-. Por tanto, me quedan 32.420 euros para gastar, es decir, más que antes. No vamos mal.

Ahhhhh!! -nótese aquí el susto-, pero como los gastos también se han incrementado en un 9%, éstos pasan de 2.500 euros a 2.725 euros al mes, de forma que al año gastamos 32.700 euros. Es decir, que los 32.420 euros disponibles que hemos calculado ya no me llegan para pagar los gastos mensuales. Antes ahorraba 100 euros, y ahora me faltan 280 euros para cubrir mis costes, que realmente son los mismos que al año anterior… «¡coño, Caperucita!» que diría el Lobo.

El cuadro queda perfecto: el Estado recauda más, yo tengo menos capacidad económica y se ha producido una subida de impuestos silenciosa.

Por eso, es aquí donde entra en juego el concepto de deflactación del IRPF, que supone, ni más ni menos, que Hacienda reduce los tramos y los tipos de gravamen más bajos del IRPF, de forma que se ajusten y se adecuen a la inflación en sentido inverso. Con ello mantengo mi poder adquisitivo y mi capacidad de ahorro ante la subida de precios.

¿Y cual es la alternativa al susto? Pues que no se deflacte, que se mantengan los tipos, que no podamos ahorrar, que el consumo se dispare y que acabemos el año más quemados que la pipa de un indio… es decir, la deflagración frente a la deflactación. Eso sí, como siempre combustión sin explosión, que los españoles tenemos mucho aguante -el «aplauso de los mansos» que decía Don Francisco Soriano en un memorable artículo-.

Ante este panorama, ya tenemos Comunidades Autónomas, incluidas las que desertan de las consignas generales, como Madrid, Andalucía, Galicia, Valencia, País Vasco o Catalunya que anuncian, por libre, la deflactación en el tramo autonómico del IRPF, de forma que el contribuyente de esas Comunidades sí que se verá beneficiado del ahorro, convirtiéndonos en ciudadanos de primera o de segunda según donde residamos.

Desde el horribilis 14 de marzo de 2020, estamos celebrando un Halloween sin fin, con pandemia, guerra, inflación, y muerte de la Reina Isabel II incluida; por lo que, atendiendo a la cita de «truco o trato» que nos proponen, les exhorto a los gobernantes -a esos que no recurren a trucos para desmerecer tratos- a que de verdad se planteen una medida consensuada de deflactación del IRPF para todo el territorio nacional, absolutamente necesaria, para evitar volver, por la vía de los hechos, a la España de las dos velocidades…

¿Hay trato sin truco? Uuhhhh…!!!

 

 


Artículo original publicado en el diario digital mallorcadiario.com .   Léelo directamente en mallorcadiario a través de este enlace